¿Sabías tú, que las nueve tétradas de lunas de sangre que se manifestaron hasta su última, ocurrida en los años 2014-2015, fueron un fenómeno cósmico o astronómico, inusual; el cual comenzó a manifestarse a partir del tiempo del ministerio de Jesucristo, nuestro Señor (años 32-33), para anunciar al mundo entero, el futuro cumplimiento de la última semana profética, que se dejaría pendiente para su desarrollo al final de los tiempos? ¿Y para revelar, a su vez, la manera, de cómo se habría de cumplir dicha semana, que por su puesto, era parte inseparable de las sesenta y nueve semanas anteriores, que fueron determinadas en función del pacto establecido con la casa de Israel en Jerusalén (Daniel 9:24-27)?
¿No lo sabías?
¿Piensas, quizás, que no es de tu interés o de tu incumbencia conocer las terribles consecuencias del cumplimiento de su última semana?
Pues, déjame decirte que el misterio que encierra el cumplimiento de las setenta semanas, y por consiguiente, del misterio de la semana setenta o septuagésima semana, por lo cual vino a existir el fenómeno de las tétradas de lunas de sangre, es que ellas representan el tiempo que Dios le determinó al mundo para su fin; para habilitar, una vez concluido su cumplimiento, el tiempo de la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, su Hijo y su Ungido, al mundo; en función, como lo vengo diciendo, de la restauración del primer pacto con los judíos en Jerusalén; establecido dicho tiempo, durante el exilio en Babilonia, y cumplido desde el tiempo en que fueron liberados de esa deportación.
Y quiero compartirte esta información, para que comprendas, que esta última semana, ya inició desde el día 26 de febrero del 2003, y finalizará el 5 de noviembre del 2022, y esa es la razón, o la causa, por la cual vemos esta convulsión o crisis mundial generada por el diablo, ya que él sabe esto muy bien, y sabe que le queda breve tiempo para ser encadenado en el abismo y finalmente confinado al fuego eterno (Apocalipsis 20), por lo cual dice el libro del Apocalipsis 12:12:
..."¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran irá, sabiendo que tiene poco tiempo."
Por lo tanto, esta última semana tendría en sí, ese denominador común que las vincula con sus anteriores sesenta y nueve semanas, EL PRIMER PACTO O PACTO DE DIOS CON ISRAEL, cuyo conteo o secuencia, se interrumpe para ser separadas desde aquel entonces, debido a la misma disposición de la profecía, como lo indica (Daniel 9:24-27), por lo cual, ella misma administra su propio cumplimiento, por ser su orden escrita o revelada al hombre para su conocimiento.
Así, pues, las setentas semanas comenzaron a contarse, desde la salida de la orden o decreto del rey Ciro de Persia, para liberar a los judíos de su exilio por la deportación a Babilonia (2 Crónicas 36:21-23), como fue profetizado a través de Isaías doscientos años antes de Ciro (Isaías 44:28-45:1-7), con la expresa orden de que dejarán ir a todos los judíos que se encontraban diseminados en todas las provincias de su imperio, para que se marchasen a Jerusalén a edificarle casa al Dios verdadero (el Dios de los judíos), hasta la muerte del Mesías, tiempo en el cual se mantuvo vigente el pacto durante las sesenta y nueve semanas; separando, pues, la ultima, como tiempo final, para que el primer pacto fuera confirmado y restaurado nuevamente, a fin de abarcar la plenitud de los gentiles, y de ese modo, poder finiquitar su plan de salvación de la humanidad (Romanos 11:25).
A eso se refiere esta orden de Dios en este pasaje de Daniel 9:24 al 27, incomprendido aún hasta nuestros días.
Para los años 2014-2015, se levantó una ola de explicaciones y conferencias, que trataban el tema del fenómeno de las tétradas de lunas de sangre, en el ambiente religioso cristiano; para explicar, qué nos estaba indicando Dios con esta última y definitiva tétrada de lunas de sangre, que tuvo su última manifestación.
Según los estudiosos de este fenómeno cósmico, se llegaron a dar cuenta, que las tétradas de lunas de sangre iniciaron a partir de los años 32-33, en el tiempo del desarrollo del ministerio de Jesús el Señor; que como muchos sabemos, por las revelaciones dadas a los profetas y a los apóstoles, que en el momento de su muerte, se desactivaba el primer pacto, mostrando con su sangre derramada, la consumación del nuevo pacto como lo dijo Dios por medio del profeta Jeremías 31:31-37 (léalo), muy bien explicado en la carta a los Hebreos, capítulo 8, del 1-13.
Está indicado en los evangelios, que Jesús, nuestro Señor, leyó el pasaje del capítulo 61 de Isaías, donde se dice entre otras cosas, que él había venido a proclamar a los judíos, el año agradable de la buena voluntad de Jehová. (Isaías 61:2, Lucas 11:19).
¿A qué año se refería?
¿Qué año sería agradable para Dios, respecto a los judíos?
Pues, la respuesta está en el contexto de las setenta semanas, porque sí se estaba solo a días de concluir sesenta y nueve semanas con su muerte, para Dios el comienzo de la siguiente y última semana, solo estaba a días de producirse, es decir, a solo dos días desde su muerte, aunque para los judíos y para el mundo, tendrían que esperar los 1970 años desde su muerte, para contemplar ese año agradable al cual Dios se refiere en esa profecía.
Tal año significaba el inicio de esa última semana donde Dios se reconciliaría con su pueblo, para brindarle su perdón, ese año fue el 2003, como había sido dicho por el Señor por medio del profeta Oseas, cuando dijo:
5:15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.
6:1 Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.
6:2 Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.
Entonces habrían de transcurrir dos días de milenios, desde la primera venida de Cristo, el Señor, hasta el año del perdón de los judíos en Jerusalén, año 2003 del nacimiento de Cristo, nuestro Rey.
"Venid y volvamos a Jehová", significó el regreso de la larga diáspora de los judíos por todas las naciones a Jerusalén, anunciadas en las profecías como está escrito en Zacarías 1:12-16, Ezequiel 39:23-29, Amos 9:14, etc.
Todo se ve ahora muy evidente. Ahora sabemos lo que está ocurriendo.
De las nueve tétradas las tres últimas, coincidieron con el regreso de los judíos de tan larga diáspora; es decir, la producida en los años 1949-1950, hace evidente que se trató de la fundación del estado de Israel el 14 de mayo de 1948. La siguiente correspondió a los años 1967-1968, que indicaba la recuperación de Jerusalén, necesaria para la confirmación del pacto que se produjo tiempo después, sin que nadie lo entendiera excepto el testigo que Dios escogió, que creyó y vivió junto a sus amigos, la llegada del año 2003 y el día de la confirmación del primer pacto, el 26 de febrero de ese glorioso año, para ser su portavoz de las buenas nuevas que anuncia su inminente regreso en el tiempo indicado, para establecer su reino por mil años sobre todas las naciones que hubieren sido salvas de su terrible y gloriosa venida (Apocalipsis 21:24), las cuales estarán destinadas a la perdición eterna.
Y la última tétrada de los años 2014-2015, vino para presentar los últimos siete años, con su última luna de sangre, manifestada el día 28 de septiembre del 2015, que fue el 15 del mes séptimo del año 5776 de calendario hebreo, día del inicio de la fiesta de los tabernáculos (Sucot) para ese año (Levítico 23:34).
Desde el 26 de febrero del año 2003 hasta el 5 de abril del año 2010, correspondió a la semana de la confirmación del pacto, o semana pascual.
Es importante comprender que en Daniel 12:11-12, el Señor añade 75 días más a la septuagésima semana; de manera, que desde la mitad de ella, hasta la abominación desoladora hay 1290 días, es decir, 30 días más; y de allí hasta el fin hay 45 días hasta completar los 1335 días, tiempo indicado en Mateo 24:15 al 29; esto significa que la semana setenta contiene 2595 días en total.
La septuagésima semana representa el último tiempo de la restauración del pacto de Dios con Israel, como lo hemos aclarado; entonces las tétradas de lunas de sangre, siempre mostraron que su aparición de producía, de forma exclusiva, en los inicios de la fiesta de la pascua y de la fiesta solemne de los tabernáculos; ambas fiestas de siete días, que abren y cierran, respectivamente, el ciclo anual de las festividades del pacto, referidas en el libro de Levítico, capítulo 23, del 1 al 44.
Al manifestarse dichas tétradas en dos años consecutivos, esto significó que la septuagésima semana tendría la característica de un doble cumplimiento a fin de abarcar en ella misma, ambas fiestas solemnes, como semanas de años, debido a que el primer pacto fue concebido de ese modo, como lo hemos explicado.
Comportamiento de la semana 70:
Semana pascual:
26/02/2003-5/4/2010
Correspondiente al 24 del mes de Adar I del 5763, hasta el 21 de Nisán del año 5770. Día final de la pascua para ese año
Semana de Los Tabernáculos:
28/9/2015-5/11/2022
Correspondiente al 15 del mes séptimo (Tishrei) del año 5776, hasta el 11 de Jeshván del año 5783.
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