domingo, 3 de agosto de 2025

9 DE AV, DIA DE LA DESTRUCCIÓN DE LOS DOS TEMPLOS EN JERUSALÉN.

9 DE AV, DIA DE LA DESTRUCCIÓN DE LOS DOS TEMPLOS EN JERUSALÉN.


Hoy, Domingo 3 de agosto del año 2025, 9 de Av del 5785, en el calendario hebreo, recordamos el día que iniciaron la destrucción de los dos templos de Dios en Jerusalén. Y esto no fue una casualidad que esta  fecha coincidieran en distintas épocas para un mismo propósito.

Así, que el templo erigido por el rey Salomón, por voluntad de Dios, también por su voluntad fue destruido, como se revela en las profecías anunciadas a través del profeta Jeremías (capítulo 25), por Nabucodonosor, rey del imperio babilónico, 520 años exactamente, antes de Cristo; y el segundo templo construido después de terminado los setenta años de la cautividad de los judíos en Babilonia (Jeremías 25:11) fue destruido por Tito Flavio Vespasiano, hijo del emperador de Roma, quien fue el príncipe que habría de venir a destruir el segundo templo como lo indicó la profecía del tiempo determinado de las setenta semanas, en el libro de Daniel, capítulo 9, versículo 26.

Dios llama a la atención, a través de esta fecha, para que vean que esto no fue casual, sino que obedece a un plan  trazado que conlleva a la redención de la humanidad en el plan de salvación implementado por el Señor, Dios de todo lo creado.

La destrucción del primer templo, señaló el rompimiento del pacto de Dios con Israel por causa de su desobediencia y rebeldía, por setenta años, como lo dice 2 de Reyes 23: 26- 27, donde dice:

Con todo eso, Jehová no desistió del ardor con que su gran ira se había encendido contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le había irritado.

Y dijo Jehová: También quitaré de mi presencia a Judá, como quité a Israel, y desecharé a esta ciudad que había escogido, a Jerusalén, y a la casa de la cual había yo dicho: Mi nombre estará allí.

2 Reyes 23:26-27


Inmediatamente después de cumplidos los setenta años de la cautividad de los judíos en Babilonia, Dios los regresó a Jerusalén, restaurando su pacto con ellos con la edificación del segundo templo.

Dicha restauración no inició el día en que se pusieron los cimientos del mismo, una vez que llegaron a Jerusalén, no; sino antes, con la salida de la orden del rey Ciro de Persia para la restauración del templo en Jerusalén, inmediatamente de cumplidos los setenta años del cautiverio, como lo indicaba la profecía en Daniel 9:25, cuyo cumplimiento está registrado en segunda de Crónicas 36:21 al 23. Lo cual, también, señaló el comienzo de las setenta semanas determinadas en función de la permanencia de dicho pacto. Que se volvió a romper con la muerte del Mesías, el Hijo de Dios, al rasgarse el velo del templo con su muerte, como lo refiere Mateo 27 51.

De manera, que el segundo templo fue destruido 70 años después del nacimiento del Mesías que era el año 3830 del calendario hebreo.

Desapareciendo por completo el primer pacto, como lo dice la carta a los Hebreos:

Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

Hebreos 8:13

El misterio de todo esto, es que la muerte del Mesías Príncipe, se produce al terminar la semana 69, dejando pendiente la última semana.

Este hecho deja claro que la última semana corresponde a la restauración futura del pacto de Dios con Israel, lo cual habría de confirmarse.

La pregunta sería: ¿Cuándo se confirmará? ¿Qué señal habrá de producirse para saber que se inició dicha restauración?

¿Dios habrá dejados en su santa Palabra, pistas, fechas, evidencias de que tal cosa ocurrirá?

Por su puesto que sí,  todo está revelado. Sólo que Dios reservó el entendimiento de su revelación para darlo a conocer En el tiempo del fin, como lo expresó en Daniel 12: 3 al 10, cuando dijo:

Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará. Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas? Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas. Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.

Daniel 12:3-10

La brecha existente desde la instauracion del nuevo pacto, con la muerte del Mesías, para la futura restauración del primer pacto por la última semana pendiente, quedó determinada de la misma forma y en el mismo momento en que Dios determinó la cautividad de Judá en Babilonia por setenta años, como lo he explicado, para crear el estado de separación del pacto, fuera de Jerusalén, para poder dar inicio al desarrollo de un tiempo final de setenta semanas determinadas en función del pacto restaurado.

Dios revela en Jeremías 25:11 y 12, que la separación de su pacto sería por 70 años, en ambos rompimientos.

El tiempo de la cautividad en Babilonia fue por setenta años literales y se encuentra determinada en el versículo 11, el cual dice:

Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años.

Jeremías 25:11

Luego, en el versículo siguiente, esto es, el 12, introduce en la profecía el segundo exilio, el cual revela que cuando los setenta años se cumplan, castigaría al rey de Babilonia.

Claro, esto es para el entendido. La mayoría de los que leen esta profecía pensarán que se trata de los mismos setenta años. La diferencia entre estos dos tiempos expresados en la profecía indicada, es que en el primero, versículo 11, estuvo el rey de Babilonia, pero para  el cumplimiento de la profecía revelada en el siguiente versículo, debería haber estado presente el rey de Babilonia, para que la profecía se cumpliera, más no fue así. El rey que dominaba el mundo como imperio que desplazó al imperio babilónico fue el imperio medo-persa, y era Ciro de Persia quien estuvo presente con el final de aquellos setenta años, como lo vengo explicando, cuyo cumplimiento quedó registrado en segunda de Crónicas 36 21 al 23.

Entonces, ¿cómo se cumple esta profecía?

Bien, está profecía corresponde a un segundo exilio, como lo he afirmado, lo cual, es un hecho a todas luces bien claro, hubo un segundo exilio después de la muerte de Cristo. Esta profecía dice:

Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre.

Jeremías 25:12

Además, podemos notar que hasta ahora, después de 2474 años de que los judíos regresaron de la deportación a Babilonia, todavía esa región sigue habitada, y que corresponde al país de Iraq, la hija de Babilonia, la cual tiene treinta millones de habitantes. Es decir, la profecía sigue vigente y aún no se ha cumplido de un todo. Se ha cumplido en parte.

Veamos:

Es lógico entender que si Israel logró regresar legalmente a su tierra en el año 1948 cuando fundaron por la gracia de Dios, el Estado de Israel, eso significó que hasta ese año, llevaban 1915 años de exilio desde la muerte del Mesias, esto quiere decir que aquellos setenta años para un segundo exilio era un tiempo simbólico que expresaba en su número perfecto, un castigo.

De manera que todo apuntaba a que aún tendría que transcurrir 55 años más para llegar a los 1970 años de exilio, como tiempo perfecto, para la confirmación del pacto por una semana.

Esos cincuenta y cinco años, nos conduciría hasta el año 2003, para que Israel pudiera vivir delante de Dios.

Pues, este año 2003 estaba contemplado en las profecías; de modo que al llegar a ese año, Dios los perdonaría de todas sus rebeliones, por su gracia. Esta profecía está en el libro del profeta Oseas, donde dice:

Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.

Oseas  5:15, 6:1-2

Esto lo vengo explicando desde hace treinta y cuatro años, desde que escribí el libro titulado: ,El Orden de las Cosas, tratado Bíblico acerca de los tiempos del fin", el cual publiqué en el año 1991, y está disponible aún, y lo pueden adquirir por este medio.

Continúo:

Para que se pudiera cumplir la profecía escrita en Jeremías 25:12, necesariamente debía estar presente el rey de Babilonia, en quien recayera el castigo mencionado, para ese entonces ese rey era Saddam Hussein.

Y ocurrió con Saddam conforme estuvo escrito. El 26 de febrero del año 2003,  se confirmó el pacto de Dios con Israel. Esta fecha mencionada, estaba determinada en la profecía de Hageo capítulo 1, versículo 15, que significó para ese entonces, el inicio de la reedificación del segundo templo cuya obra se paralizó por 42 años, como se explica en Esdras, capítulo 4, ese día fue el 24 del mes de Adar, sexto mes del año 5763.

A los 22 días después de dicha fecha, Saddam fue desalojado del poder, capturado el 13 de diciembre del mismo año, y ejecutado en la horca el 30 de diciembre del 2006, el día que los musulmanes celebraban su fiesta anual del sacrificio del cordero, Eid Al-Adha.

Este, es el cumplimiento de las profecías en toda su crudeza, con evidencia bíblica de todo lo ocurrido.

La confirmación del pacto de Dios con Israel fue por una semana, como lo expresa Daniel 9:27. De modo, que desde el año 2003 hasta el año 2010, es el espacio de tiempo de esa restauración. Que va desde el año 5763 hasta el año 5770, año perfecto para el fin de la confirmación de pacto. 

La semana setenta contiene 2520 días, más desde la mitad de la misma, le fueron añadidos 75 días conforme lo expresa Daniel 12: 11 al 12. De manera que en total contiene 2595 días.


Sí aplicamos esos 2595 días desde el 26 de febrero del 2003, eso nos llevará, exactamente, hasta el 5 de abril del año 2010, que en el calendario hebreo corresponde al 21 de Nisán del año 5770. Ese día es el último día de la pascua para ese año. ¿Coincidencia?

Dios confirmo su pacto con Israel, con su pascua, eso nos da a entender que la septuagésima semana, no son solo siete años, sino tres grupos de siete años desde el 2003.

Las setenta semanas fueron determinadas para abarcar la plenitud de los gentiles, para eso es la brecha de los 1970 años de exilio de Israel, desde la muerte del Mesías, aunque los judíos desconocen que fueron perdonados, e ignoren que necesiten el perdón. Ellos son amados del Padre por causa de sus padres.

El cierre de las setenta semanas para abarcar la plenitud de los gentiles, se manifiesta desde el 28 de septiembre del año 2015, 15 del mes séptimo (Levítico 23:34) del año 5776, hasta el 5 de noviembre del año 2022, correspondiente al 11 de Jeshván del año 5783, concerniente a la fiesta solemne de los tabernáculos de siete años, tiempo en que concluye la plenitud de los gentiles, o el cumplimiento final del tiempo de los gentiles, expresado por el apóstol Pablo, en la carta a los Romanos 11:25 al 27, y por nuestro Señor Jesucristo en el evangelio de Lucas 21: 22-24.

Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.

Romanos 11:25-27

Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.

Lucas 21:22-24

La señal presentada para este período de  siete años del cierre, fue la aparición del último eclipse lunar de la última tétrada de lunas de sangre 2014 -2015, la cual señaló, con su aparición, el comienzo de la fiesta de los tabernáculos.

La ciencia astronómica había calculado la aparición de este fenómeno de eclipse de lunas de sangre, la cual se manifestaría en su última aparición, el 28 de septiembre del 2015, y así ocurrió.

Una vez, finalizado el tiempo de los gentiles, se iniciaría el último tiempo de siete años, reservado para la salvación de Israel, salvación no sólo de en contra sus enemigos, sino de su redencion definitiva, con el fin de la tribulación por la manifestación del anticristo con el sistema mundial.

Todo comenzó el 7 de octubre del año 2023, ese día corresponde al día después de la fiesta de los tabernáculos para ese año. Ese día fue el 22 de mes séptimo, que como señal del seguimiento de la septuagésima semana, está fecha prosigue al anterior cumplimiento de la fiesta de los tabernáculos de siete años. De modo, que en este viaje por el tiempo, nos encontramos en el umbral del tiempo de la manifestación del anticristo, y todo terminará a finales del año 2030.

Mis amados hermanos, dispersos en todos los rincones del mundo, debo decirles que mi ministerio corresponde a la necesidad de Dios que clama por alguien que le ordene, anuncie y proclame lo que ha de acontecer en los tiempos finales, de la manera como Dios lo ordenó desde tiempos antiguos, en las palabras expresadas a través de profeta Isaías, en el capítulo 44, versículos del 6 al 8, las cuales dice:

Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir. No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.

Isaías 44:6-8