EXPLICACIÓN CONCISA Y EFICAZ DEL CUMPLIMIENTO DE LA SEPTUAGÉSIMA SEMANA EN ESTOS TIEMPOS.
DIOS MIO, TEN MISERICORDIA DE TODA LA HUMANIDAD, Y ABRE EL ENTENDIMIENTO A TU PUEBLO SANTO.
Por el desconocimiento de la voluntad de Dios expresada en su Santa Palabra, la Biblia, hasta ahora la iglesia redimida por la sangre de Cristo, no ha podido entender el plan en el ocaso de los tiempos que Dios determinó a este mundo, para el regreso de nuestro Señor Jesucristo, para dar su galardón a los fieles que confiaron en él y en su palabra escrita, e ira y confusión para los incrédulos, idólatras, mentirosos, hechiceros, homicidas, avaros y pervertidos, que no tomaron en cuenta las advertencias para que procedieran al arrepentimiento.
El hombre en sus diferentes religiones está confundido en cuanto al conocimiento de la verdad, y no entiende que ya la septuagésima semana pendiente se ha venido cumpliendo, tal como nuestro Señor lo indicó en la revelación del misterio de los tiempos develado a través del ministerio que me ha sido encomendado, cuya interpretación real es diferente a los pensamientos de los hombres. De manera que solo restan 365 días a partir del 5 de noviembre del año 2021, para acercarnos hasta el último día determinado para la venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, eso es para el 5 de noviembre del año 2022, este es el día 1335, desde la mitad de la semana (Daniel 12:11-12), que fue el momento cuando se profanó el lugar santo, en la explanada del templo, el 12 de marzo del 2019, como lo indicó la siguiente información:
Esta fecha 12 de marzo del 2019, la obtuve contando, bajo la certeza de que el día 28 de septiembre del 2015 comenzaban los últimos siete años de la septuagésima semana correspondiente a la fiesta de los tabernáculos, 15 del mes séptimo (Levítico 23:34) del calendario hebreo; de manera que transcurridos los primeros 1260 días, llegaríamos a esa importante fecha profética de la mitad de la semana (Daniel 9:27, 12:11, y Apocalipsis 11:2).
La señal que marcó el inicio de la semana final de años, fue la llegada para el 28 de septiembre del 2015, de la última luna de sangre, correspondiente al grupo de cuatro lunas de sangre, denominadas científicamente, como tétradas de lunas de sangre, cuyo final cumplimiento se produjo con la tétrada 2014-2015.
Lo particular de las tétradas de lunas de sangre, es que el Dios de los judíos, que es nuestro Señor, el Rey de Reyes y Señor de Señores, Jesucristo, las envió desde los últimos dos años de su ministerio (años 32-33 d.C.) durante 9 ocaciones, en el transcurso de 1986 años, hasta el año 2015, para ser manifestadas particularmente al inicio de las fiestas de la pascua, en la primavera boreal, y en la fiesta de los tabernáculos en dos años consecutivos, como recordatorio al pueblo de Israel, que Dios no desechó su pacto con ellos del todo, sino que los restauraría nuevamente como cierre del plan de salvación, que incluye a judíos y gentiles.
Todo esto me fue dado por revelación de los misterios expuestos en la palabra de Dios.
El ambiente que se percibe a nivel mundial, revela que estamos en el fin, pero no hay entendimiento en su pueblo, acerca del tiempo de la venida del Señor. Saben por la palabra que el anticristo ha de manifestar, pero desconocen de antemano su lugar procedencia que Dios indica en las diferentes revelación que hablan acerca de él, en el Antiguo y Nuevo Testamento, y quién exactamente es ese personaje en cuestión, quien recibió la herida de espada (profetizada claramente en el libro del profeta Jeremías, capítulo 50, del 35 al 46; pero disponen sus oídos, más para escuchar a falsos maestros que confunden con sus enseñanzas ajenas a la verdad de Dios.
Primero:
La septuagésima semana es la confirmación del pacto de Dios con Israel, y no es un pacto del anticristo con Israel, ni mucho menos el tiempo de la gran tribulación.
Cuando el Mesías Príncipe murió cumplidas 69 semanas, de las setenta semanas determinadas sobre Israel y sobre la santa ciudad, Jerusalén, es decir, en función de ellos, se dejó pendiente la última semana para restaurar el pacto roto con la muerte del Mesías (Daniel 9:24-27), por eso el velo del templo se rasgó en dos de arriba a bajo (Mateo: 27:51), para dar a entender que el pacto quedó roto y suspendido hasta la activación de la septuagésima semana, al final de los tiempos, cuando Dios traería de vuelta a su santo pueblo a Jerusalén, como ha ocurrido. Cuyo castigo cesaría con el cumplimiento exacto de los 1970 de exilio impuesto hasta el año 2003, desde que el Mesías Príncipe murió como estaba registrado en el libro del profeta Oseas, capítulo 5:15, 6:1-2, cuando dijo:
5:15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.
6:1 Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.
6:2 Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.
Este último versículo del capítulo 6 del libro de Oseas que acabo de citar corresponde al año 2003, año agradable para con la casa de Israel, al cual nuestro Señor se refirió en Isaías 61:2, citada por él mismo, en Lucas 4:19, cuando dijo:
Isaías 61:1-2
1El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;
Dios mantuvo muerto, espiritualmente, a Israel hasta el año 2003, como lo explica en Oseas 6:4-5, cuando dijo:
4 ¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece.
5 Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale.
Está largura del tiempo, desde que nuestro Señor vino al mundo, ha hecho que los hombre piensen que todo esto de la fe en la Biblia sea un caso olvidado, pero desconocen que para Dios, mil años es como un día, de manera que desde su primera venida solo han pasado para él, dos días, como lo explica el apóstol Pedro, cuando dijo:
2Pedro 3:8
Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
Si el Señor mostró la revelación del año del perdón hacia Israel, después del segundo exilio, entonces también tuvo que haber dejado revelado, el día y el mes exacto, en el cual se iniciaría el tiempo para su plena restauracion, en el 2003.
Dicha fecha está registrada como hecho histórico en Hageo 1:15, dónde se indica que el 24 del mes sexto (Elul) del segundo año de Darío, se inició la reedificación del segundo templo, que fue paralizado por espacio de 42 años, como lo revela el libro de Esdrás 4; pero es muy importante entender que hay una doble aplicación de esa fecha para la confirmación del pacto al inicio de la septuagésima semana, que está relacionada con la reconstrucción del templo en los hechos de la antigüedad, por lo cual El Señor recreó estos hechos de la demora y posterior reedificación del segundo templo. De modo que esa fecha en el futuro indica que Dios pondría el cimiento del templo en un día preciso, como está establecido en Hageo 2:18, cuando dijo:
18 Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón.
Era necesario recrear estos hechos de la demora en la edificación de la casa de Dios para cubrir el tiempo pascual de siete semanas al inicio de las setenta semanas, como plan de la restauración del pacto roto durante los 70 años de la deportación a Babilonia; por lo cual dice la profecía en Daniel 9:25:
"Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para edificar y restaurar a Jerusalén, hasta el Mesías príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas."
Esa salida de la orden expuesta en esta profecía, fue cumplida con el decreto del rey Ciro de Persia, inmediatamente después de cumplidos los 70 años de exilio (2 Crónicas 36:21-23). De manera que no existe el más mínimo tiempo que medie entre el fin del tiempo del castigo y el inicio de la restauración del pacto con la edificación del segundo templo.
Ciro había sido escogido para esa tarea, 200 años antes de ser rey, por medio de profeta Isaías, cuando dijo:
"Que dice de Ciro, es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: serás edificada; y la templo: serás fundado." Isaías 44:28). En esto no debe existir la menor duda.
Esta misma razón muestra que estas primeras siete semanas representa en su conjunto, el tiempo pascual de la restauración del pacto. Porque sin tiempo pascual no hay confirmación del pacto roto.
Igualmente, para Dios poder establecer su pacto mediante la edificación de su casa en Jerusalén, en tiempos de Salomón, se precisó del tiempo pascual de siete años de construcción, hasta que estuvo terminada, como está registrado en 1Reyes 6:38.
La segunda razón, por lo cual Dios recrea la suspensión y reactivación del segundo templo, fue para que quedara registrada la fecha de la reedificación del segundo templo que sería usada para la restauración del pacto como inicio de la semana pascual de la SEPTUAGÉSIMA semana, haciendo de la fecha antigua, una fecha futura para el restablecimiento del pacto suspendido por 1970 años.
Por eso, ahora, el 24 del mes sexto (Elul) de la antigüedad, corresponde para el inicio de la confirmación del pacto en la semana setenta, al 24 del mes sexto (Adar I) del año 5763 del calendario hebreo, año que inició seis meses antes, en el mes séptimo, mes en el cual principia el año civil, Rosh Hashana. Y ese día equivale al 26 de febrero del año 2003, con el propósito de mostrar a su amado pueblo a lo largo y ancho del mundo, que Dios activó su pacto suspendido con la casa de Israel, por otra semana, activándose por consiguiente, el tiempo del fin.
La comprobación que evidencia que se transitó por la semana pascual, está en la aplicación de los 2595 días que contiene la
semana, desde el 26 de febrero del 2003, cuyo número de días, llega de manera extraordinaría, sin un día más, ni un día menos, hasta el 5 de abril del año 2010, que en el calendario hebreo corresponde al 21 del mes de Nisán, último día de la pascua para el año 5770, para la total confirmación del pacto (Daniel 9:27a), y cierre de las setenta semanas. Esta perfección no tiene excusa, y confirma que la revelación es verdadera.
APLICACIÓN DE LAS 2300 TARDES Y MAÑANAS CON SU FECHA BÍBLICA PARA SU INICIO, DESPUÉS DEL 26 DE FEBRERO DEL AÑO 2003.
Las evidencias que muestra la Biblia en cuanto a la perfección del cumplimiento de la SEPTUAGÉSIMA semana, son concluyentes y atestiguan que el cumplimiento es real, y su interpretación, correcta; porque los lapsos son en extremos precisos, como lo es el caso de las 2300 tardes y mañanas registras también en el libro del profeta Daniel, 8:13-14,26, cuando se dijo:
13 Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?
14 Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.
26 La visión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos días.
LOS 2595 DÍAS QUE CONTIENE LA SEPTUAGÉSIMA SEMANA, SE OBTIENEN DE LA SIGUIENTE MANERA:
Los siete años de la semana han de ser multiplicados por 360 días, pues son años proféticos, con meses a 30 días, dando así 2520 días. La mitad de esos días de la semana se encuentra a los 1260 días; es aquí que viene la aplicación de los versículos 11 y 12 del capítulo 12 de Daniel, donde Dios le añade a la septuagésima semana, 75 días adicionales para llegar a 2595 días.
Como los sucesos descritos en la profecía de las 2300 tarde y mañanas son para ser aplicados hasta el final de la semana, entonces lo que haremos es restar 2300 días, a los 2595 días, para la obtener a los cuántos días ha de comenzar las 2300 tardes y mañanas.
Veamos:
2595 - 2300 = 295 días.
Es decir, 295 días, exactamente, después de iniciarse la semana ha de comenzar las 2300 tardes y mañanas.
Al aplicar estos 295 días desde el 26 de febrero del 2003, ellos se consumen en su totalidad para el 18 de diciembre del año 2003, entonces el 19 de diciembre, es el primer día de las 2300 tardes y mañanas, y dicha fecha está registrada en el libro de Hageo, como fecha de vital importancia, el 24 del mes noveno del año 5764, citada varias veces en el capítulo 2 del versículos del 10 en adelante, donde se muestra la actividad de los sacrificios de los sacerdotes del templo.
Esto no es mera casualidad. Todo esto es evidencia que estamos transitando en la SEPTUAGÉSIMA semana, esta es la revelación de Dios, que la iglesia de Dios, su pueblo, debe creer y confiar como doctrina, para esperar confiados la venida del Señor a su debido tiempo.
11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.
12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.
Por eso, es que en el libro del Apocalipsis hallamos la profecía de los sucesos de la mitad de la semana, cuando se pisotea el lugar santo después de los primeros 42 meses de la confirmación del pacto, el 12 de marzo del año 2019 (Apocalipsis 11:2-3), y presenta a los dos testigos en su ministerio, actuando en ese tiempo en los siguientes 42 meses, equivalente a 1260 días, tiempo en el cual ellos testifican a través de las evidencias bíblicas, que el tiempo se ha cumplido con firme evidencia, que no tiene excusa. Estos son los lapsos de la septuagésima semana, tiempo en el cual se manifestarán al mundo, los dos testigos y las dos bestias. (Apocalipsis 13:5.).
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