EL DÍA FINAL DETERMINADO DE LA SEPTUAGÉSIMA SEMANA.
ES NECESARIO QUE ENTIENDAN QUE EL TIEMPO PARA LA VENIDA DEL SEÑOR SE HABILITA AL LLEGAR AL DÍA 5 DE NOVIEMBRE DEL AÑO 2022, DÍA FINAL DETERMINADO DE LAS SETENTA SEMANAS. REVELADAS AL PROFETA DANIEL, CAPÍTULO 9, VERSÍCULOS 24 AL 27.
Por lo cual, es falsa la interpretación que tradicionalmente se ha creído, que enseñó, que no se sabría el tiempo de la venida de nuestro Señor; pues, ya, que basaron esta interpretación en las palabras mal entendidas de nuestro Señor, que dice, que el día y la hora nadie sabe; lo cual nos enseña, que nadie sabe la exactitud del tiempo (día y hora de su venida), una vez cumplidas las señales y tiempo determinado, de tal modo, que ni los ángeles, ni el mismo Hijo de Dios, sabe el momento exacto que el Padre celestial escogerá para que nuestro Señor Jesucristo regrese y levante a sus escogidos, inmediatamente después del día 5 de noviembre del 2022, u 11 de Jeshván del año 5783 del calendario hebreo; porque todo el contexto de su discurso expresado en Mateo 24, Marcos 13, y Lucas 21, denota la intención de mostrarnos las señales del cumplimiento de las profecías, hasta los días finales antes de su regreso; por lo cual, dice que cuando veamos la abominación desoladora en el lugar santo, del cual habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), Mateo 24, versículo 15; indicándonos que busquemos el tiempo en que se producirá dicha abominación desoladora, revelada en Daniel 12, del 11 al 12, donde se señala de los 1290 días desde la mitad de la semana, cuando se ha de producir dicha señal; lo cual indica el ocaso de los últimos días antes de la venida del Señor.
De manera, que los tiempos que Dios determinó en la Biblia, para poner fin al segundo exilio de Israel, y los días de la septuagésima semana, con sus lapsos y fechas, están registrados allí, con tal exactitud, para mostrarnos cuando será el tiempo de su venida, para que sus escogidos estén preparados y apercibidos como Elías, Eliseo y los profetas, a quienes les fue revelado acerca del tiempo de la partida de Elías, cuando sería arrebatado, como está escrito en el segundo libro de los Reyes 2, del 5 al 6).
Una vez hayamos llegado al último día determinado, el cual corresponde, como ya lo he dicho, al 5 de noviembre del 2022, no sabremos el día exacto ni la hora de su venida, inmediatamente después de ese día, indicado en Mateo 24, versículo 29); esta es la correcta interpretación de las palabras de nuestro Señor.
Ahora, bajo esta perspectiva, podremos observar la fecha final del tiempo determinado de las setenta semanas, en el cumplimiento de la misteriosa semana setenta, descrita en la profecía de Daniel 9, versículo 27. Ahora, detallaré todo lo antes expuesto.
Nuestro Señor, Dios todopoderoso, exige que se ordene, se declare y se proclame al mundo como testimonio de su grandeza, lo que el mismo organizó desde tiempos antiguos, como él lo demanda en la profecía de Isaías 44, del 6 al 8, y para apercibir a su pueblo escogido en todos los rincones del mundo, que ha sido lavado con la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo, para prepararlo para ser levantado, para recibir al Señor en el aire, desde las nubes, en su glorioso regreso.
Amo la preocupación de algunos por alertar al mundo entero, y a los grupos religiosos, acerca de la venida del Señor; no obstante, es mi deber que entiendan que la gran mayoría de ellos están seriamente equivocados acerca de la doctrina de la venida de nuestro Señor, y de nuestra reunión con él, tal como lo advirtió el apóstol Pablo en la segunda carta a los Tesalonicenses, capítulo 2, versículos 1 y 2; y como nos enseña en casi todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras para su propia perdición; tal cual lo explicó el apóstol Pedro en su segunda carta, capítulo 3, del versículo 15 al 16; así, como están equivocados, en el conocimiento de los últimos días de la septuagésima semana, cuyo período no significa la gran tribulación, sino la restauración del pacto de Dios con Israel, después de cumplidos los 1970 años de separación espiritual del primer pacto, desde la muerte del Mesías Príncipe, como lo dice la profecía en Daniel 9, verso 26; momento en el cual, el velo del templo se rasgó en dos de arriba a bajo, para mostrar que se había roto el primer pacto, como quedó escrito en Mateo 27, versículo 51; por haber sido, los judíos incrédulos, responsables de la muerte del Mesías; pero que, a su vez, en sus planes ya determinados, habría de perdonarlos en el cumplimiento de la semana setenta, como el Señor lo prometió desde el principio; como está escrito en el libro de Deuteronomio, capítulo 30, versículos del 1 al 5; y como lo dijo también por medio del profeta Oseas, capítulo 5, verso 15, cuando dice, que cuando reconocieran su rebelión con la cual pecaron contra el Señor, él los perdonaría.
Así como ocurrió en tiempos más antiguos, cuando fueron llevados cautivos a Babilonia por su rebelión contra Dios, por setenta años, como lo profetizó Jeremías, capítulo 25; cuyo cumplimiento quedó registrado en el libro de segunda de Crónicas 36, y en el libro del profeta Daniel, capítulo 9; donde observamos que al concluir ese castigo, fueron perdonados e injertados en el pacto antes establecidos con ellos en Egipto, en la celebración de la pascua por siete días, como lo registra el libro de Éxodo, capítulo 12, y ratificado en Jerusalén, en la dedicación del primer templo edificado por el rey Salomón, como está escrito en el primer libro de los reyes de Israel, capítulos 8 y 9; simbolizada esta confirmación del pacto después de los setenta años de la deportación a Babilonia, con el inicio de las primeras siete semanas, que simbolizó el tiempo pascual para la restauración del pacto; tiempo en el cual se edificó el segundo templo en Jerusalén desde la salida de la orden dada por el rey Ciro de Persia, escogido de Dios doscientos años antes de ser rey, conforme estaba ya determinado en el libro del profeta Isaías, capítulo 44, versículo 28.
De manera que los cuarenta y seis años de la edificación del templo, indicado en el evangelio del apóstol Juan, capitulo 2, versículo 20, pertenecen a esas primeras siete semanas.
Es importante entender, que las setenta semanas no es un tiempo exclusivo para Israel, como la mayoría lo cree, no; sino que ellas fueron determinadas para enmarcar el tiempo para la salvación del mundo, en función de la restauración del primer pacto, ratificado en Jerusalén con la edificación del templo de Dios.
Esos 1970 años de exilio, a los cual me he referido, concluyeron en el año 2003, año determinado para su perdón conforme está escrito en el libro del profeta Oseas, capítulo 6, versículo 1 al 2, cuando dijo:
Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.
Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.
De manera, que en el año 2003 inició la septuagésima semana, en el paradigma de la pascua para la confirmación del pacto, que representó la semana pascual, que concluyó en el año 2010, año 5770 del calendario hebreo.
Tal período simboliza al mismo tiempo, la edificación del tercer templo, porque sin la edificación del templo, no hay confirmación del pacto.
Esta semana de la confirmación del pacto terminó el día 5 de abril del 2010, o 21 de Nisán del año 5770, último día de la pascua en Israel para ese año.
De modo, que la fecha exacta del inicio de la confirmación del pacto en la septuagésima semana, fue el día 26 de febrero del 2003, correspondiente al día 24 del mes de Adar 1 del año 5763, cuya semana contiene 2595 días en total, correspondiente a 2520 días de la semana en sí, más 75 días que le fueron añadidos desde la mitad de la misma, cuando cesaría el continuo sacrificio, hasta cumplir los mil trescientos treinta y cinco días, como lo dice Dios en el libro del profeta Daniel, capítulo 12, versículos del 11 al 12.
El mes décimo segundo del pacto suspendido hasta ese día, llamado, mes de Adar, de la fecha a la cual me he referido; es, a su vez, el sexto mes del año 5763; fecha que Dios dejó registrada en el libro del profeta Hageo, capítulo 1, versículo 15, en la cual se inició la reedificación del segundo templo; o dicho de otra manera, fue la fecha del reinició de la edificación del segundo templo, suspendida durante 42 años.
Dicha fecha, corrobora y evidencia la certeza de esta revelación; ya que esa fecha del pasado, fue escogida con el fin de darle una aplicación futura; la cual indicaría el día del inicio de la septuagésima semana, en su tiempo pascual para la confirmación del pacto, en su debida restauración.
De modo, que esa fecha profética fue escogida para simbolizar que ese día se colocaría el cimiento del templo, como el Señor lo dijo a través del profeta Hageo, capítulo 2, versículo 18, donde se citan dos fechas concerniente a la septuagésima semana, cumplidas a su perfección en su momento exacto, en el siguiente orden; la primera en mencionar, fue la fecha de inicio de las dos mil trescientas tardes y mañanas; profecía descrita en el libro de Daniel, capítulo 8, versículos del 13 al 14, y el versículo 26; correspondiente al 24 del mes noveno (año 5764), o 19 de diciembre del año 2003; y la segunda fecha, evidentemente, corresponde al 24 del mes sexto (del año 5763), en el cual nuestro Señor pondría el cimiento del templo en un día, la cual corresponde como lo vengo diciendo, al 26 de febrero del 2003.
De manera que, desde el 26 de febrero del 2003, al 18 de diciembre del mismo año, transcurren los primeros 295 días de la semana; y del 19 de diciembre del 2003 al 5 de abril del año 2010, 21 de Nisán del año 5770, último día de la pascua para ese año, transcurren, perfectamente, las dos mil trescientas tardes y mañanas; lo cual completa los 2595 días que ella contiene.
Esta es la cita de Hageo, capítulo 2, versículo 18:
“Meditad, pues, en vuestro corazón, desde aquel día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón”
Esto deja ver, claramente, que nuestro Señor esquematizó, a través de sus fechas proféticas y lapsos programados, el cumplimiento justo de la septuagésima semana; de manera, que esto que estamos contemplando, no tiene excusa; es decir, que no es cosa de meras coincidencias. La complejidad de toda esta perfección, no es inventiva de la inteligencia humana. ¡Es sencillamente, imposible!
El cierre de la septuagésima semana, corresponde a los siete años de la fiesta de los tabernáculos, como cumplimiento del modelo del cierre de las festividades anuales del pacto, como está establecido en el libro de Levítico, capítulo 23, desde el versículo 1 al 44.
Su inicio fue marcado por la última luna de sangre de la última y final tétrada de lunas de sangre de los años 2014 y 2015, manifestada el 28 de septiembre del 2015, 15 del mes séptimo, llamado, Tishrei, del año 5776; día del inicio de la fiesta solemne de los tabernáculos para ese año, como lo pueden leer en Levítico 23, verso 34, y también ver, en el calendario hebreo para ese entonces; y sus 2595 días que contiene, concluirán, efectivamente, el 5 de noviembre del 2022, día mil trescientos treinta y cinco, desde el tiempo que se profanó el lugar santo, por lo cual cesó el continuo sacrificio a la mitad de la semana (Daniel 12, del 11 al 12).
Este es el tiempo de la venida de nuestro Señor, el cual regresará, el día y la hora que nadie sabe, inmediatamente después del 5 de noviembre del 2022, como reiteradamente lo he venido diciendo.
LO QUE DETIENE LA MANIFESTACIÓN DEL ANTICRISTO.
El cese del continuo sacrificio, fue la señal que el apóstol Pablo indicó, para dar a conocer a los escogidos de Dios, que ese sería el tiempo final, en el cual se manifestaría el anticristo, señal inequívoca de la venida de nuestro Señor, como lo enseña en su segunda carta a los creyentes de Tesalónica; dicha señal ya fue cumplida, y dicho hecho ocurrió el día 12 de marzo del año 2019, en la explanada del templo, cuando se profanó el lugar santo por la revuelta musulmana de aquel día en el lugar santo, como lo pueden verificar; y corresponde al cumplimiento de los primeros 42 meses o 1260 días, desde el 28 de septiembre del 2015, como está escrito que ocurriría en el libro del Apocalipsis, capítulo 11, versículo 2, cuando se nos indica, que cumplidos los primeros cuarenta y dos meses sería hollado el lugar santo.
El cumplimiento de la mitad de la semana, señalado con el cese del continuo sacrificio, como lo indica Daniel 9, versículo 27, referida por nuestro Señor en Daniel capítulo 12, versículo 11, como lo que sería “quitado”; fue el término usado por el apóstol Pablo para indicarle a la iglesia de ese entonces, que para la manifestación del anticristo, llamado por él, el hombre de pecado, el hijo de perdición, se requería que se cumpliera la mitad de la semana, donde sería quitado el continuo sacrificio; el cual, “para el presente de Pablo”, se ofrecía en el templo en Jerusalén, debido a que el mismo aún no había sido destruido. De manera, que el continuo sacrificio vigente en su tiempo, era una magnífica referencia para indicar, que al llegar la mitad de la semana final, cuando cesaría el continuo sacrificio, vendría el hombre de pecado, o el desolador, al pacto, sentándose en el templo de Dios, como Dios, haciéndose pasar por Dios, a los 1290 días después de la mitad de la semana, hasta cumplidos los 1335 días, tiempo final de la tribulación de aquellos días, como está indicado por nuestro Señor, en el evangelio de Mateo 24, verso 29.
A Satanás se le ha permitido actuar por 42 meses, como lo revela el libro de Apocalipsis, capítulo 13, versículo 5, dicho lapso comenzó en el año 2019, por lo cual al “engaño global” que todos conocen, se le llamó con la referencia de ese 2019; cuyo fin es, el de acorralar a la humanidad entera, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos; en una crisis global en todos los ámbitos, económico, social, moral, sanitario, como lo pueden observar que está ocurriendo, donde ya muchos analistas seculares opinan que estamos viviendo un golpe de estado a nivel mundial, auspiciado por una élite, de la gente más poderosa, económicamente hablando; quienes están creando el ambiente propicio para la adoración de la bestia; utilizando todas sus maquinaciones para manipular, para causar pánico, e intimidar a los hombres para que se sometan a los planes letales de Satanás, utilizando toda la tecnología disponible para lograr marcar a las almas con la marca de la bestia.
Es tanta la ceguera espiritual en todas las religiones cristianas, que desconocen, a un año del encuentro con nuestro Señor Jesucristo, quién es el anticristo, y quién el falso profeta.
Para aquellos que sientan la inquietud de conocer el misterio de la identidad de la bestia, y saber cual es el número de su nombre, y el misterioso número de la bestia, demandado en el libro del Apocalipsis capítulo 13, versículo 18, pueden enviarme su correo electrónico, para hacerles llegar la revelación por un documento PDF, como también, poder enviarles esta información escrita, para que lo puedan descargar y/o imprimir.
Quien les escribe, su amigo y hermano en la fe de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, Antonio José Sepúlveda.
Mis correos electrónicos son:
ajosepulveda@gmail.com
antoniojsepulveda@hotmail.com
La siguiente información demuestra lo ocurrido ese día 12 de marzo del 2019, en el lugar santo, en Jerusalén. Haga clic, aquí:
https://www.swissinfo.ch/spa/israel-cierra-la-explanada-de-las-mezquitas-en-jerusal%C3%A9n-tras-unos-choques/44818944